Ánimo, aunque quizás no lo entendamos en este momento, todo en la vida tiene un propósito y siempre debemos mantener la esperanza; porque, esto pasará en algún momento. Mientras tanto, aferrémonos a nuestra fe, aprendamos a ser disciplinados y a hacer de las medidas de prevención nuestros hábitos permanentes, confiemos en que sí podemos y hagámoslos.

Sabemos que existen muchas injusticias que nos provocan ira, bombardeo de noticias que nos producen miedo, comprendemos que el distanciamiento social nos puede deprimir, pero aprendamos a controlar esos sentimientos; porque, sin quererlo así, podríamos estar contribuyendo en afectar nuestro sistema inmunológico.

El punto es no estar en una negación de la realidad, es entender que tenemos una situación especial que requiere pongamos en estricta práctica lo que está en nuestras manos, no solo cumpliendo rigurosamente las medidas de bioseguridad que conocemos muy bien; sino también, comiendo más saludablemente y haciendo ejercicio para fortalecer nuestras defensas inmunológicas y procurando tener una mejor salud emocional.

Procure dejar a un lado todas sus tristezas, miedos y preocupaciones, enfóquese en todas las bendiciones que ha recibido en la vida, cierre sus ojos y haga un recuento de todos logros alcanzados, todos esos momentos en que se ha sentido feliz, sin olvidar los tiempos compartidos con sus seres queridos, todos esos recuerdos deben llenarnos de gratitud y fortaleza para seguir adelante.

Como reflexión final y porque personalmente lo creo firmemente, les pido que no perdamos la esperanza, no importan los obstáculos, debemos seguir adelante con valentía, responsabilidad, disciplina, pensando siempre en el bien común y sobre todo, teniendo la fe puesta en Dios, que nos da la fuerza y sabiduría en todas nuestras decisiones.