Los padres, cuidadores e inclusive los hermanos mayores, desempeñamos un rol importante a la hora de enseñar a los menores sobre las medidas de prevención,ya que además de instruir, tenemos la obligación de dar el ejemplo, recordemos que los niños copian los hábitos que ven en los mayores.

 Por tanto, el lavado de manos frecuente y el no hacer ni recibir visitas deben ser hábitos familiares también. Con empatía y claridad, podemos explicarles que por un tiempo no podrán jugar con sus compañeritos de la escuela, vecinos e incluso con familiares que no viven en su misma casa; y como padres o cuidadores darles una “ración adicional” de amor y tiempo, para suplir un poco esos vacíos del afecto que el distanciamiento social sin duda está causando.

Cuando sea indispensable que los menores salgan de la casa, estemos vigilantes del cumplimiento del distanciamiento de 2 metros como mínimo y del uso permanente de mascarilla en los mayores de 2 años. Niños menores de 2 años medicamente no se recomienda el uso de tapaboca.

 Para cuidar su estado emocional, recordemos la influencia que ejercemos, los niños tienden a percibir el mundo y a reaccionar tal como sus papás y mamás lo hacen,por eso los padres tenemos que conservar la calma. Debemos controlar las emociones y el lenguaje negativo; actuemos como soporte contra su temor,estrés, enojo, depresión etc.

Cuando hablemos con nuestros hijos delo que está pasando, hagámoslo de forma sencilla y apropiada para su edad, evitando el alarmismo, por el contrario, debemos transmitir la tranquilidad que al estar cumpliendo las medidas estaremos protegidos y con la certeza de que la situación es temporal.

 Seamos vigilantes de lo hacen en Internet o miran en la televisión; orientemos a buscar entretenimientos sanos; está confirmado por los expertos que el alto tiempo libre de los niños los ha expuesto también a más acoso de todo tipo.

Aprovechemos el tiempo en casa para compartir actividades entretenidas como ver películas de comedia, hacer ejercicio o bailar una coreografía divertida, jugar o hacer manualidades.

Otra forma de cuidar a los niños y a toda la familia es con una alimentación balanceada, incluyendo los nutrientes que fortalecen nuestras defensas inmunológicas.

Finalmente,recomendamos estar pendientes del comportamiento atípico de los niños, como cambios de humor bruscos o repentinos, desinterés, violencia, cambios de apetito, insomnio,frecuente dolor de estómago y miedo constante.

Estos cambios pueden ser síntomas de afectación emocional, lo que requiere atención profesional, que podemos buscar en forma online y gratuita en https://psicologia.unah.edu.hn

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